A la hora de elegir y consumir azúcar nos encontramos con varias alternativas: blanca, fina, extra fina, integral, orgánica, morena, panela (papelón), etc. Pero todas tienen las mismas calorías y todas son igualmente perjudiciales si se las consume en exceso, cosa que está siempre presente en la mayoría de productos para niños, incluso hasta en las vitaminas y medicamentos irónicamente. Por ejemplo, un juguito de envase de cartón (de los que envías en la lonchera), un empaque de gomitas regulares, una chupeta y un refresco pueden tener casi la misma cantidad y ésta es equivalente a más de 4 sobres de azúcar, de ésos sobres que de tan cuando compras un café o jugo natural y que de seguro ni tú misma le pones más de 2 sobres, entonces ¿por qué si se los darías a tus hijos?
El azúcar pertenece al grupo de los hidratos de carbono y es un elemento fundamental en nuestra dieta ya que aporta, básicamente, energía. El azúcar se puede clasificar por su origen (de caña de azúcar, de remolacha), pero también por el grado de refinación de ésta. Normalmente la refinación se expresa visualmente a través del color (azúcar morena, azúcar rubia, blanca), que está dado principalmente por el porcentaje de sacarosa que se le ha extraído. La cantidad óptima que debemos ingerir por día, depende de cada persona, nuestro estado físico y nuestra rutina, claro está que siempre será mucho mejor ingerir el azúcar natural como por ejemplo de las frutas (fructosa) y consumir carbohidratos más sanos no procesados como los vegetales y legumbres.
Es por esto que al momento de consentir con golosinas siempre recomiendo que lo hagan con golosinas sin azúcar o bajas en azúcar y en éste último caso azúcar orgánica, pues si para nuestros niños es complicado controlar su consumo de azúcar, para nosotras será mucho más fácil medir y controlar el consumo de azúcar de manera correcta en nuestros niños, pero entonces, ¿por qué recomiendo el azúcar orgánico antes que el azúcar blanco procesado? ¿Cuáles son sus beneficios?
El Azúcar Orgánica, es el resultado de un proceso natural, donde la caña de azúcar se cultiva con fertilizantes orgánicos, sometidos a un control biológico de plagas y cosecha, es decir sin quemar, lo cual además de conservar sus cualidades nutricionales, conserva el suelo y el medio ambiente. Además de esto, el azúcar no refinada, aporta nutrientes que son necesarios para mantener una mejor alimentación, ya que conserva los rastros de las vitaminas y los minerales presentes en la caña de azúcar, cosa que el azúcar refinado no, en su proceso de refinamiento se despojan y queman todos estos nutrientes, así al ser consumido este tipo de azúcar y para que el cuerpo pueda procesarlo, nuestro cuerpo debe “pedir prestado” a los tejidos y órganos, los minerales y las vitaminas que requiere para metabolizar el azúcar.
El azúcar orgánica como explique arriba tiene las mismas calorías que el resto de los azúcares y de igual manera eleva el índice glucémico, así que si tu peque tiene Hiperactividad, diabetes o alguna otra condición que pueda alterar su estado físico y mental con el azúcar entonces el azúcar orgánico no te funciona. El azúcar orgánico funciona para evitar el consumo de pesticidas y químicos llenos de metales pesados que puedan poner en riesgo la salud de nuestros niños, en este caso, si tu hijo no corre riesgos graves de salud al consumir azúcar y deseas darle, el azúcar orgánica es tu mejor opción, siempre que moderes su consumo y te alejes de los excesos.